Curso Técnicas de Control del Estrés a Distancia
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Curso Técnicas de Control del Estrés a Distancia. Cada vez con más frecuencia, escuchamos en nuestro entorno expresiones del tipo «estoy estresado-a». Y es que el estrés está ampliamente instaurado en nuestra sociedad, siendo utilizada como una palabra «comodín» que se aplica a todo tipo de síntomas (como ya sucedió en su momento con los «nervios» o “la depre”). Por ello, son muchos los remedios desde lo menos científicos (cremas, champú, paquetes vacacionales…) como los más científicos (incluida la intervención psicológica) con el fin de atajar este problema que afecta a la salud.
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Por otro lado y en ocasiones, el estrés se considera algo cotidiano y ello favorece la aparición de determinadas creencias erróneas que no hacen otra cosa más que reforzar las conductas relacionadas con este problema.
De todo ello, trataremos de aportar a través de este curso, estrategias de control del estrés en el plano cognitivo, emocional y conductual. Pero antes de ello, es fundamental definir el problema así como el marco general donde ocurre.
Curso Técnicas de Control del Estrés a Distancia
Una vez más, como en tantas definiciones en las Ciencias Sociales existen numerosas definiciones del estrés, en general la respuesta de estrés es una reacción inmediata e intensa, que implica la movilización general de los recursos del organismo y que se produce ante situaciones que suponen importantes demandas para el individuo, ya sea porque implican una pérdida (por ejemplo, la muerte de un ser querido o una ruptura sentimental) o bien por tratarse de una amenaza (ya sea el ataque de un tigre, de un atracador, o la amenaza de un cliente de cancelar su cuenta o de nuestro jefe de despedirnos) o de un reto (como la posibilidad de ganar una competición deportiva o aprobar una oposición).
Como luego veremos, ésta reacción general incluye respuestas fisiológicas (el corazón se acelera, aparece sudor frío en las manos, los músculos se tensan…) cognitivas (incremento de la atención a los estímulos presentes en la situación, mayor rapidez de pensamiento…) y motoras (básicamente, huir del peligro o luchar contra él) todas las cuales deben servir para facilitar un mejor procedimiento de la situación o estímulos implicados y una respuesta más efectiva para afrontarla o manejarla. Es muy probable que este tipo de respuesta haya tenido una ventaja evolutiva importante para nuestra especie al ayudarla a sobrevivir a las múltiples amenazas (depredadores, accidentes, adaptación a nuevos medios…) que a lo largo de los siglos han acechado al ser humano como especie. En definitiva, la respuesta de estrés prepara al organismo para actuar ante las amenazas y retos de diversa índole que aparecen en su entorno, y que constituirían los estímulos estresores. Podemos definirlo como “Una reacción inmediata e intensa que implica la movilización general de los recursos del organismo, y que se produce ante situaciones que suponen importantes demandas para el individuo”.
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